
Cuando sabes que algo tiene que cambiar
A veces son discusiones que no llevan a ningún sitio.
A veces es silencio, distancia, o un cansancio que se instala entre vosotros sin avisar.
A veces es ver a tu hijo apagarse, perder impulso, agobiarse, desconectarse del mundo.
No siempre hay gritos.
No siempre hay reproches.
A veces solo hay un dolor sordo que crece día a día, y que no sabes ya cómo atravesar.
Has intentado hablar, marcar límites, dejar espacio, sostener.
Y aun así, algo sigue alejándoos.
O atrapándolo.
O apagándolo.
Desde Hortaleza, puedo ofrecerte un espacio real donde empezar a moverte de otra manera.
Un lugar donde no hace falta gritar para acercarse.
Ni rendirse para seguir estando.
Cuando seguir intentando ya no basta
No es que te hayas rendido.
No es que no quieras luchar más.
Es que has probado a hablar, a callar, a dar espacio, a poner límites, a confiar.
Y cada movimiento parece quedarse corto.
La frustración no nace solo de lo que ves en tu hijo.
Nace también de ver que lo que haces ya no alcanza.
Y de sentir que no puedes seguir igual, pero tampoco sabes qué más probar.
Aquí no se trata de hacerlo todo mejor.
Se trata de actuar de otra manera.
De construir un espacio nuevo, antes de que la distancia, el bloqueo o el dolor se hagan costumbre.
No se trata de buscar culpables
No estás aquí porque hayas fallado.
No estás aquí porque tu hijo no tenga arreglo.
Estás aquí porque, a pesar de todo lo que has hecho, la distancia, el bloqueo o el dolor siguen creciendo.
Y porque, aunque te duela, sabes que no puedes quedarte quieto esperando que todo pase solo.
No estoy aquí para revisar tu camino ni para señalar tus errores.
Estoy aquí para construir contigo una dirección nueva.
Una forma distinta de sostener, de retar, de acompañar sin rendirte ni perderte.
No necesitas cargar con más culpa.
Necesitas recuperar movimiento.
Necesitas recuperar suelo.

Quién soy y por qué puedo ayudarte
No soy psicólogo.
No formo parte de un gabinete.
Soy Eugenio.
Trabajo desde hace años con jóvenes que se cierran, se pierden, se apagan, o se llenan de rabia sin saber qué hacer con ella.
Y trabajo con padres que, como tú, han hecho todo lo que podían, y aun así sienten que algo se sigue rompiendo.
También soy padre.
Y sé lo que duele mirar a tu hijo y no encontrar la forma de llegar hasta él.
No estoy aquí para juzgarte.
No estoy aquí para enseñarte a ser mejor padre o madre.
Estoy aquí para ofrecerte algo sencillo pero firme:
Un espacio donde no haga falta gritar para sostener.
Un espacio donde no haga falta rendirse para seguir estando.
Un espacio donde tu hijo pueda reencontrarse consigo mismo, y tú puedas recuperar dirección sin perderte.
Cuando el amor no basta, hace falta un sentido
El amor es necesario.
Pero a veces no es suficiente.
No porque ames menos.
No porque tu hijo no lo sienta.
Sino porque hay momentos en que el amor, por sí solo, no sabe qué hacer con el dolor, con la rabia, con el miedo.
Ahí es donde hace falta algo más:
Un sentido claro.
Una dirección firme.
Un movimiento que no dependa solo de querer, sino de actuar.
No vengo a diagnosticar a tu hijo.
No vengo a corregirle como si fuera un problema a resolver.
Estoy aquí para devolverle, poco a poco, la responsabilidad que necesita asumir.
Para no cargarle con culpas, pero tampoco quitársela.
Para ayudarle a ver que lo que está viviendo puede cambiar, si se atreve a moverse.
Siempre con respeto.
Siempre tratándole como lo que es:
un joven que puede más de lo que ahora cree.
No más terapia, no más teorías: un desafío real para tu hijo y para ti
A veces los adolescentes no necesitan más comprensión.
Necesitan un desafío real.
Necesitan sentir que su forma de estar tiene peso, que su manera de actuar cambia cosas.
Que no pueden seguir escondiéndose detrás del «no sé» o del «me da igual».
Y a veces los padres no necesitan entender más.
Necesitan dejar de girar en círculos.
Necesitan actuar de otra manera:
no más duros, no más blandos, sino más claros.
Más presentes.
Más capaces de sostener sin aplastar y de retar sin romper.
Eso es lo que hago:
crear un espacio donde tu hijo pueda reencontrarse consigo mismo,
y donde tú puedas recuperar dirección sin perder el vínculo que todavía puede sostenerse.
Áreas en las que puedo ayudaros
Detrás de la distancia, el enfado o el silencio, casi siempre hay algo más:
miedo, dolor, bloqueo, o una lucha que no siempre se ve a simple vista.
Aquí no trabajo sobre síntomas sueltos.
Trabajo con personas reales que están atascadas en algún punto de su camino.
Estas son algunas de las situaciones que suelo encontrar,
y donde podemos construir un movimiento nuevo:

Problemas de conducta y conflictos familiares
🔹 Si en casa hay gritos, mentiras o enfrentamientos constantes, crearemos estrategias para mejorar la convivencia y recuperar el respeto. No se trata de imponer normas rígidas, sino de ayudarle a gestionar su frustración y asumir su responsabilidad.
➡️ Ver cómo gestionar problemas de conducta en adolescentes en Hortaleza – Madrid

Falta de motivación y desinterés por todo
🔹 Si sientes que ha perdido las ganas de hacer cosas, que “pasa” de todo y que nada parece importarle, trabajaré en recuperar su impulso y sentido de dirección. Le ayudo a encontrar lo que realmente le motiva y a salir del estancamiento.
➡️ Ver cómo recuperar la motivación de un joven en Hortaleza – Madrid

Baja autoestima e inseguridad
🔹 Si constantemente se compara con los demás, se siente “menos que los demás” o evita hacer cosas por miedo a fallar, trabajaremos en reconstruir su confianza desde dentro, sin necesidad de aprobación externa.
➡️ Ver cómo fortalecer la autoestima en adolescentes en Hortaleza – Madrid

Estrés y sensación de agobio
🔹 Si se siente desbordado por la presión, tiene dificultades para relajarse o evita ciertas situaciones por miedo a no poder con ellas, trabajaré en desarrollar herramientas para gestionar el estrés sin que le controle.
➡️ Ver cómo ayudar a tu hijo a gestionar el estrés en Hortaleza – Madrid

Ansiedad en adolescentes
🔹 Si notas que está sobrepasado/a por los estudios, las expectativas o la vida en general, trabajaremos en reducir la ansiedad, entender su origen y desarrollar herramientas para gestionarla mejor.
➡️ Ver cómo reducir la ansiedad en adolescentes en Hortaleza – Madrid

Dificultades para socializar y hacer amigos
🔹 Si le cuesta relacionarse, conectar con los demás o se siente solo/a, le ayudaré a desarrollar habilidades sociales sin forzarlo/a a “ser más sociable”. Se trata de que aprenda a conectar con los demás desde su autenticidad.
➡️ Ver cómo mejorar sus habilidades sociales en Hortaleza – Madrid

Uso excesivo del móvil, redes y videojuegos
🔹 Si pasa horas pegado/a a la pantalla y cualquier intento de limitar su tiempo online acaba en discusión, trabajaremos en establecer límites saludables sin que sienta que le estás castigando o quitando algo esencial.
➡️ Ver cómo equilibrar el uso de móvil y videojuegos en Hortaleza – Madrid
Antes de dar el primer paso, saber dónde pisas
Tomar una decisión ya es un esfuerzo.
Y cuando se trata de algo importante —como empezar un proceso emocional—
también importa saber con qué cuentas, cómo será, qué puedes esperar.
Prefiero explicarlo desde el principio, con claridad.
Porque lo que propongo no es una sesión suelta,
es el inicio de un camino que merece ser tratado con honestidad.
La primera sesión cuesta 60 € y dura una hora y media.
Es tiempo necesario. No se puede hacer en menos.
No creo en empezar algo importante con prisas.
A partir de ahí, cada sesión cuesta 45 € y dura una hora.
Lo suficiente para que esto sea sostenible para mí
y también accesible para quien de verdad quiere avanzar.
No hay paquetes cerrados.
No hay compromisos a largo plazo.
No trabajo con descuentos ni ofertas especiales.
Avanzamos paso a paso,
respetando el ritmo de tu hijo, el tuyo,
y lo que vaya pidiendo el proceso.
Cada proceso empieza distinto.
A veces primero con los padres, a veces con el hijo.
Depende de la situación, de lo que se ve, de lo que se necesita.
Aquí no hay moldes. Hay escucha real.
Dónde puedes encontrarme en Hortaleza
Dirección: C. de Andorra, 22, Hortaleza, 28043 Madrid
Trabajo en la zona de Hortaleza, en Madrid, en un piso pequeño, sencillo y acogedor.
Un lugar pensado para poder hablar de verdad, sin prisas ni formalidades vacías.
Aquí no se trata de seguir protocolos ni de aplicar técnicas de manual.
Aquí las conversaciones tienen cuerpo, dirección y respeto.
No trabajo desde la distancia ni desde el despacho frío.
Trabajo desde un espacio real, vivo, donde cada encuentro puede ser el principio de un movimiento que importe.
Cuando ves que tu esfuerzo ya no basta, es momento de actuar distinto.
No necesitas tener todas las respuestas para dar un primer paso.
No necesitas esperar a que la situación sea insostenible.
A veces, basta con decidir que merece la pena actuar de otra manera.
Que el respeto, la responsabilidad y el valor de moverse siguen valiendo más que el miedo, la rabia o la resignación.
Si crees que ha llegado ese momento, aquí tienes un lugar donde empezar a construirlo.
Sin prisa.
Sin adornos.
Pero con toda la seriedad que merece sostener el movimiento que todavía es posible.